viernes, 20 de noviembre de 2009

Provinciana me vuelvo, oiga

He estado de sequía blogger. Un poco por no tener tiempo y un poco por falta de cosas interesantes que contar. De repente hoy me encuentro con miles de palabras agolpadas a las puntas de mis dedos. Y me doy cuenta de que no me da la vida para escribirlas. No me da la vida ni la tecnología. De vuelta a la provincia alicantina la red se difumina entre palmeras y sol. Mi PC no colabora y se quiere morir de viejo. Y yo que renazco cada día con nuevas cosas que buscar e investigar me encuentro atada de pies y manos. ¡Soy un periférico más de mi ordenador!, necesito penetrar en un puerto USB y perderme en la gran red mundial; la red de redes.
Deje Madrid hace dos días. Volveré a menudo porque desde lejos veo que lo necesito. Necesito un buen paseo entre la multitud, las cañas de cualquier bar que haga esquina y el frio que permite abrigarse sin sentirse ridículo.
He vuelto a casa por un tiempo; el que dure el Máster en Estudios Literarios en el que me he zambullido ansiosa por leer a todos y sobre todos. Leer, escribir e investigar. ¡Es tan bucólico que no me lo creo! La nota discordante la pone el color del dinero. El poderoso caballero que se va de mi cuenta corriente tan deprisa como un estornudo. Por eso, en parte, vuelvo a casa. Un receso dulce en el afán de llenar la saca. Es tranquilizador, porque la jaca que lleva la saca se llama Paca y está algo flaca y no le gusta acarrear mucho peso. ¡Ya habrá tiempo!

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