martes, 19 de enero de 2010

Se seca el pozo

Hace tiempo que no escribo y eso me asusta. Se me van las ganas de casi todo y eso me aterra. Solía asomarme al pozo de los deseos cada día. Tiraba una piedrecita para ver si todavía tenía agua, porque si no la tenía de nada serviría pedir un deseo. Hasta hace poco había agua. Ahora solo hay miles de chinitas en el fondo que apenas se inmutan cuando lanzo hoy una piedra más grande. Se ha secado el pozo de golpe. No hay nada. Se me ocurre que si me asomo y lloro las lágrimas llenarán el fondo. Lo intento pero ya no me sale, también yo me he secado y no me reconozco.
Me he despertado enferma. Algo en la boca del estómago me impide tragar, algo que me obstruye. Necesito un extirpador, un amputador de penas y desasosiegos. Pero mi naturaleza es huidiza y para variar prefiero esconder la cabeza bajo el ala y ver si pasa el temporal. No sé reaccionar, y me ahogo incluso cuando el pozo está seco. Los mundos de yupie se alejan y sólo estoy yo en plena selva sin liana a la que sujetarme.

1 comentario:

  1. Mamma mia! Cuánta tristeza!
    Yo si quieres te dejo mi liana para que te sostenga un tiempo...
    No te desanimes muchacha que cada vez estás más cerca de ser la nueva Rosalía de Castro.

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