jueves, 28 de mayo de 2009

Corre, corre












¡Pues Fermín se ha ido! Ha pasado olímpicamente de la lechuga de hoja de roble y se ha marchado. Antes, se ha comido parte de las hojas de mi agenda. ¡Probaré y se las pondré a la ensalada, quizá están más buenas! Se ha marchado antes de ver cómo el Barça se proclamaba tricampeón. ¡Qué envidia! Qué envidia por el Barça, no por el caracol... Es cierto que ojos que no ven, corazón que no siente. ¡Pero como para no enterarse! En la televisión no se ve otra cosa. Hasta me viene a visitar la señorita Menstruación, toda vestida de grana... y me hace ponerme azul, de pura rabia helada.
Por lo demás la vida continúa irremediablemente hacia adelante; haciéndome más vieja, más seria, más desgastada. El devenir del flujo de la vida me sorprende sin remedio. Me pregunto que sentirá mi hermana con sus recién 20 años cumplidos. ¡Veinte!, tan redondos, tan brillantes... Ella se queja porque tiene que estudiar; yo se los cambiaría aunque tuviera que estudiar tres doctorados y ocho másters. ¿O no?
Quizás no. Ahora mismo siento que estoy en un punto de inflexión. Creo que puedo hacer que mi vida sea de uno u otro modo según pasen las cosas en los próximos meses. Es como una transición hacia no sé muy bien dónde. La verdad es que sé lo que quiero, pero me da tanto miedo decirlo, me da tanto pavor arriesgarme. ¿Cómo saber si está acorde con la vida del resto? ¡Podría ser un caracol! Con la casa a cuestas, rodando por el mundo, dejando un hilito de baba para volver al sitio en el que nací cuando quisiera. Lo cierto es que tengo ganas de correr, lo que debo averiguar es si en la meta alguien me espera, o quisiera.

1 comentario: