martes, 12 de mayo de 2009

Las pelícanas los prefieren naranjas.



Los pelícanos llevamos más de 40 millones de años sobre la Tierra, aunque técnicamente la sobrevolemos. Tenemos unas alas bastante grandes y aún así preferimos estar en tierra firme o nadar. ¡Nada más cerca de la realidad! Volar es algo que me apasiona y me aterra a la vez; algo así como los tiburones. Los escualos siempre me han parecido criaturas fascinantes, siempre adelante surcando las aguas, con esas poderosas mandíbulas que piden a gritos el próximo bocado de sushi. Lo malo es que tampoco es que le hagan ascos al pollo; de ahí mi miedo (¿cómo es la onomatopeya para el cacareo de gallina?) Aún así, creo que prefiero nadar, la sensación es parecida a la de volar. Pero me estoy desviando del asunto. Quería centrarme en los hábitos alimentarios de la familia de los pelicanidae, o los Soriano-Díez. Somos gente de buen saque, de ahí el buche o la bolsa en nuestro pico. En realidad hablo más por mi, porque últimamente cada vez que vuelvo al nido los otros miembros están a dieta. Lo peor es que no es por falta de peces. Como dicen por ahi: ¡hay muchos peces en el mar! Creo que es más por el exceso de los mismos. Incluso Laura (la pelicana que va detrás de mí; en edad, no es que esté en celo, véase que soy una pelicana y ella tiene su pollo)... Laura, es que hay que explicarlo todo aunque no sé si se entiende. Bien, mi hermana (ahora sí), se ha vuelto vegetariana, y dime ¿qué pinta un pelicano comiendo sólo hojas, eso no era para los nidos?
La cuestión es que observando a Jonh Smith me han dado ganas de comprar salmón. No es que tuviera un arrebato de comer pescado, por supuesto nunca me comería a Jonh, ¿verdad? No, Jonh, no me mires así que seguro que no eres comestible (cariñosamente lo digo). Es que me di cuenta de que estaba descuidando mi curiosidad culinaria. Al hilo de todo esto del salmón (con Calamaro en la cabeza, de fondo) tuve una idea: un menú naranja. El naranja siempre me pareció un color muy positivo, naranja como las naranjas de valencia. ¡Ole y ole con las valencianas salerosas!

Propuesta de menú naranja:
Entrante: crêpe de dados de zanahoria y queso cheddar con salsa de calabaza.
Plato principal: sashimi de salmón con bolitas de boniato frito.
Postre: Sorbete de naranja con coulis de azafrán.

La carta de vinos se compone, claro está, de Tang sabor naranja, Fanta y Aquarius de naranja (para cuando las burbujitas piquen demasiado en la nariz).

Bon apetit!

1 comentario:

  1. :) ¡Qué bien! Me encanta escuchar/leer cuando la gente se hace vegeteriana.
    No soy activista ni súper ecológico de éstos, que parece que están promulgando una religión. Simplemente uso un poco la cabeza y veo lo que más me conviene. Convine conmigo mismo que no me convenía la carne y tomé la decisión. No cuesta mucho y alegra ver que otros también piensan como tú. Saludos a tu hermana. Y a tí también :) que si te gusta la carne a mi me da igual. Yo no quiero que todo el mundo se haga vegetariano o vegano. Sólo quiero saber que hay gente que lo hace.

    Me encanta tu blog. Me lo estoy leyendo cronológicamente y voy por aquí :)

    ¡Saludos, besos y/o abrazos! lo que más te guste

    ResponderEliminar