jueves, 21 de mayo de 2009

Cuando la víbora pierde la piel


Es de todos conocido que las serpientes mudan la piel. Es su singular forma de cambiar de ropa cada nueva temporada, su singula prêt-a-porter. Cuando un pelícano se vuelve víbora es porque cambia la piel tostada por el sol por una nueva e igualmente pálida que la del resto del plumaje. ¡Los pelícanos nacimos para ser blancos! Nada tiene que ver esta metamorfosis con ser un individuo amenazante de lengua viperina, sigo siendo igual de dulce y angelical. Sólo es que mi ponzoña puede escaparse más fácilmente. Pensaréis que es improbable que una víbora viva en España, pero somos animales tremendamente adaptables y siento comunicaros que en este país se producen al año unas 1.500 mordeduras de víbora, de las cuales 5 llegan a ser mortales, según wikipedia.
Sin ir más lejos, la hemeroteca de uno de los periódicos de mayor tirada nacional recoge una información, en 2007, sobre la mordedura de una víbora a un excursionista en la Pedriza, Madrid. Debo confesar que siempre quise ir a ese lugar; la próxima propuesta de visita la estudiaré muy detenidamente.
Pero tampoco es necesario salir de excursión al campo para encontrarse con un ejemplar. Seguro que todo el mundo conoce a alguien con la cantidad suficiente de veneno en las venas como para matar a todo un ejército de cápsulas de antídoto. La fauna ibérica es muy variada, sólo hay que echar un vistazo al parlamento de los diputados para darse cuenta de ello.
Las serpientes de insinuantes curvas están presentes en todas las culturas y civilizaciones. Suelen ser culpables de los más variopintos sucesos y en ocasiones la tradición patriarcal las confunde con las curvas sinuosas de una mujer. La Grecia clásica, para la que las mujeres no existían si no eran diosas del Olimpo o prostitutas, esta llena de mitos. Uno de ellos es el de Orfeo y Eurídice. Una serpiente mandó a Eurídice al inframundo y Orfeo desesperado viajó al Hades para recuperarla, las consecuencias ya las conocemos: nunca miréis atrás.
Es raro que hable de serpientes, yo sólo me quemé el sábado jugando al tenis y ahora la piel de mis hombros se desprende sin remedio, ¿quién me daría la idea de la víbora? ssssshhh!!!

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